La Dra. Andrea Signorino Barbat es docente de la Facultad de Derecho de la UM desde 2015 y, desde 2017, dirige el Postgrado Internacional en Derecho de Seguros. Recientemente recibió con honores su título de doctora en Derecho Privado por la Universidad de Salamanca, con orientación en Derecho de Daños, obteniendo calificación sobresaliente Cum Laude. Su tesis trató sobre la cobertura del suicidio del asegurado en los Seguros de Personas.

El 7 de noviembre, la docente defendió su proyecto en la sala Dorado Montero de la Universidad de Salamanca, institución con más de ochocientos años de trayectoria. La ceremonia de graduación se realizó en el mismo día de defensa de la tesis.

El tribunal estuvo integrado por los catedráticos españoles Dr. Juan Bataller Grau, director del área de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia; la Dra. María Jesús Peñas Moyano, de la Universidad de Valladolid; y el Dr. Jesús Olavarría, de la Universidad de Valencia. El director de tesis fue el Dr. Fernando Carbajo Cascón, decano de la Universidad de Salamanca.

En entrevista con Prensa UM, la Dra. Signorino comentó el enfoque de su tesis y sobre su rol de directora del Postgrado Internacional en Derecho de Seguros de la UM.

 ¿De qué trató su tesis doctoral?

Mi tesis se tituló “La exclusión de cobertura del suicidio del asegurado en los seguros de personas: su dimensión actual”. La investigación apuntó al estudio del suicidio como riesgo no cubierto en los Seguros de Personas -en especial, en sus coberturas de vida, accidentes personales y salud o enfermedad-, como exclusión de cobertura en sentido estricto. Esto obligó a introducirse en institutos y elementos esenciales de Contratos de Seguros relacionados a la exclusión por suicidio, como podrían ser el dolo, la intencionalidad, los actos potestativos, el alcance de la voluntariedad o consciencia del acto y las delimitaciones temporales relacionadas a su cobertura.

Analicé la evolución del tema, señalando las etapas en el aseguramiento del suicidio, y la forma en que actualmente el seguro -respetando sus bases técnicas- puede apoyar la humanización del contrato para cumplir con la finalidad de “cobertura acorde a los riesgos” y necesidades actuales de las personas, coherentes con la nueva dimensión social del seguro.

¿Qué objetivo se planteó con este trabajo?

En definitiva, el objetivo ha sido ocuparse de un mal o problema preocupante de todos los siglos, posiblemente agravado por la influencia de factores psicosociales aportados por la postmodernidad (de lo que no escapa la pandemia por COVID-19), como lo es el suicidio, y realizar una propuesta fundada en los recursos que el seguro posee para respaldar las necesidades de cobertura del ser humano.

¿Qué destaca de su rol como directora del Postgrado Internacional en Derecho de Seguros?

Es un gran honor el haber abierto este espacio para el Derecho de Seguros, en el cual la Universidad de Montevideo confió y es pionera, con un nivel educativo que no existía en el Uruguay. El Seguro es una actividad con trascendencia económica y social, y es necesario desarrollar estas instancias educativas para ampliar la cultura aseguradora, que es aún escasa en nuestro país. El postgrado ha ido creciendo en cada edición, aumentando su contenido y su calidad académica, incorporando profesores nacionales y convocando profesores de las principales universidades de Latinoamérica y Europa, con lo cual, en mi rol de directora académica, me siento muy animada a seguir apuntado a la excelencia educativa.