Durante los meses de verano europeo, la graduada de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la UM, Mica Tyler, tuvo la oportunidad de participar de un campus de cine itinerante internacional conocido como Cinemadamare, que se desarrolla en Italia. Allí fue donde la alumni, junto al ucraniano Daniil Bielosheikin, se encontró con la historia que posteriormente sería retratada en "Fortezza". En ese entonces, Mica no se imaginaba que un año y medio más tarde el cortometraje recibiría tanto el premio del jurado como el del público en el José Ignacio Film Festival (JIFF). 

Con Felluccia y Raffaele como protagonistas, la pareja construye su vida en Villanova Monteleone, lejos del centro habitado. Un vínculo que a través del tiempo encuentra su esencia. En la naturaleza, su hogar, su “Fortezza”.  

“Fui a España por un viaje familiar y la noche antes de irme unas amigas me comentaron sobre el festival Cinemadamare. Me plantaron la semillita de meterme ahí y fue cuando estaba haciendo el Camino de Santiago cuando decidí enviar la aplicación”, explicó la directora. 

Sin saber qué esperar de la aventura, y solo que debía comenzar y terminar un proyecto en tan solo una semana, Mica llegó a las calles de Roma para una odisea que duraría un mes y medio. Cada semana una nueva ciudad o pueblo y, tras seis semanas, realizó un total de 15 cortometrajes. “Esto de Villanova Monteleone pasa en la semana seis de estar en Italia. Para ese entonces ya estaba bastante cansada”, manifestó. Sin embargo, un compañero cidemini (apodo para quienes participan del festival) le propuso ir en busca de una historia en las afueras de la localidad italiana de la región de Cerdeña. “Me parecía interesante a modo de experiencia cultural trabajar mano a mano con él, meternos en esta aventura siendo dos personas de dos países tan distintos. Él que habla ucraniano-inglés-ruso, y yo español-inglés-italiano”, afirmó Mica. 

En un principio, Felluccia, la mujer representada en "Fortezza", no tenía interés alguno en contar ninguna historia, por lo que derivó a los jóvenes cineastas con otro personaje de la zona. “Fuimos en busca de esa historia y luego de dos o tres días sentíamos que no terminaba de cerrar porque la persona nos abrió solo una faceta de su vida. Al final la esencia estaba con Felluccia y Raffaele”, su pareja, declaró Mica. Con la esperanza de cumplir su objetivo, Mica y Daniil volvieron sobre sus pasos para intentar convencerlos; y finalmente Raffaele accedió. Fellucia insistía en que no quería aparecer frente a cámara, pero siempre acababa interviniendo con sus comentarios, y esto desembocó en su participación. “A nosotros nos atraía visualmente esta historia, sobre todo porque tanto Daniil como yo somos más directores de fotografía que directores. Yo me descubrí y conocí como directora en este proceso”, agregó. 

Participación en José Ignacio Film Festival 

Luego de finalizado y exhibido en la proyección semanal de Cinemadamare, tanto Mica como Daniil continuaron trabajando en este proyecto, con la expectativa de presentarlo en distintos festivales, entre ellos el JIFF. “Me inscribí al festival sobre la hora. De hecho, no lo teníamos terminado porque queríamos mejorar la corrección de color y otros temas”, observó la cineasta.  

Tiempo después, mientras se encontraba de compras por un cepillo de dientes, recibió la llamada inesperada. “No iba a haber nadie para recibir el premio si es que ganaba. Yo les pregunté si alguien tenía que estar ahí, pero no recibí respuesta. Media hora antes de la entrega me llamaron y me dijeron que si por favor podía ir alguien. No lo oficializaron, pero de igual forma avisé y por suerte pudo ir mi padre”, confesó la directora y continuó: “Creo que es una historia linda en su simpleza por su valor humano. Relatos como los de Fortezza pueden no hacer tanto ruido, y por eso me sorprendió ganar. Me parece muy lindo que haya lugar para este tipo de historias”, expresó.  

El resultado de este camino recorrido no solo concluyó con el reconocimiento brindado por el festival y el público, sino que los codirectores también fueron otorgados con pasajes a la 77° edición del Festival de Cannes, un certamen internacional de cine de categoría «A», celebrado anualmente en la ciudad francesa del mismo nombre. 

“Es una carrera muy difícil. Volver a empezar, al mudarme a España, también costó y conllevó muchos desafíos. Entonces, el premio llega en un momento en que uno se va cansando un poco. No porque vaya a cambiar lo que siento. Tengo mucha convicción de que este es mi camino. Desde esta perspectiva es que este reconocimiento me llena de alegría y emoción: el haber ganado tanto el premio de jurado como el de público, que no me parece menor que estén alineados. A su vez, que venga de Uruguay, porque uno puede creer un montón de cosas de sí mismo, pero luego está el mundo real. Me hace sentir que estoy bien en seguir buscando esto, seguir insistiendo y trabajarlo. Seguir confiando, haciendo y buscando. La oportunidad de ir a Cannes es un premio hermoso y un incentivo”, aseguró. 

Sus días como alumna 

“Desde que empecé la UM sabía que quería hacer cine. Mi madre siempre me recuerda que fuimos a una entrevista con Diego Sardi, quien me supo transmitir la invitación para hacer mi camino a través de la UM”, rememoró la graduada. Resaltó la unicidad de cada proyecto, que dependen desde dónde uno participa y, sobre todo, de la capacidad de saber comunicar tanto desde fuera como desde dentro de un equipo; más aún en roles como la dirección. 

“No esperaba aprender de cine en la UM. Por suerte me sorprendió. Para mí era una herramienta más que me podía acercar al comunicar y contar las historias. En definitiva, de formar la cabeza y tener pensamiento crítico. Hay veces que se aleja de ese camino del cine y fueron esos momentos en los que pensé en dejarlo. Sin embargo, por suerte también son los momentos en los que la carrera te propone acercarte, por ejemplo, con materias optativas”, concluyó. 

Actualmente, Mica se encuentra desarrollando el guion de un largometraje que piensa realizar en Uruguay en el futuro, trabajando en un documental, un cortometraje y como asistente de dirección en dos películas españolas. A su vez, dedica algunas tardes a formarse en una academia de dirección de actores para potenciar su faceta de directora audiovisual.