Initium en ocho años
Avanzada en la carrera de Licenciatura en Dirección y Administración de Empresas por el 2003, tenía el deseo o sueño de devolver a la sociedad, y a la UM en particular, de alguna manera como agradecimiento a lo tanto que me había brindado durante los años de estudiante. Pero no tenía idea cómo iba a terminar esa historia.
En el 2010, se acercan Andrés Marabotto, María José Durán y Paola Opertti, en aquel entonces alumnos de Derecho, quienes estaban brindando el primer curso de Iniciativa Emprendedora de la UM, y nos ofrecen a María Martha Passadore y a mí seguir dictando el curso. Aceptamos. Fue a partir de ahí que comencé a asistir a diferentes eventos del ecosistema emprendedor, representando a la Universidad y, enseguida, entendí que la UM tenía que tener un centro para apoyar a los emprendedores. Así nos sumaríamos a una clara tendencia en el ámbito universitario. Junto a Claudio Ruibal (en ese entonces decano de Ingeniería) y María Martha diseñamos el proyecto durante casi un año y, en junio de 2014, recibo una llamada mágica. Era Claudio avisándome que la Comisión Permanente había decidido aprobar el proyecto.
Luego de barajar varias ideas, arribamos al nombre Initium, que quiere decir inicio en latín, y que además tenía las siglas de la UM. Initium, el centro de liderazgo, emprendimientos e innovación de la Universidad de Montevideo.
El primer desafío al que nos enfrentamos fue el de conseguir los fondos para autofinanciar las actividades. Fue así que, con una presentación y el apoyo de Claudio, salimos a buscar aliados. Y aquí tenemos que agradecer enormemente a Orlando Dovat y Jaime Miller, CEO de Zonamérica en ese entonces, por confiar en nosotros y darnos ese apoyo económico necesario para empezar a dar los primeros pasos como centro.
No fue sencillo, pero fue un camino con varios logros y de mucho disfrute. Initium nació con mucho ímpetu y demostraría prontamente el valor que le aportaría a la Universidad. Poco a poco fuimos “haciendo carrera” y logramos posicionarnos. Fue imperante el apoyo de las facultades de Ingeniería y Ciencias Empresariales para las iniciativas que surgieron desde Initium. Y también fue clave encontrar coordinadores de carreras y docentes “tractores” (así le llamamos nosotros), que promovieron en los alumnos acercarse a Initium cuando tenían una idea de negocio o un proyecto final de carrera.
Sin embargo, por un tiempo fuimos un centro de apoyo a emprendedores, pero sin emprendedores. Así que el segundo desafío fue encontrar la manera de sensibilizar a nuestros alumnos en este tema y despertar esa semillita emprendedora que en algunos podría estar dormida. Fue así que diseñamos y creamos diferentes materias que lograban ese cometido: Iniciativa Emprendedora (la re-diseñamos), Creatividad e Innovación, Liderazgo, Emprendimientos Sociales, Improvisación y el Innovation LAB. Todas materias que desarrollan alguna habilidad estratégica, tan necesaria siempre y -más que nunca- hoy. Aproximadamente 300 alumnos cursan estas materias cada año.
Hoy, ocho años más tarde, Initium recibe en promedio a 70 emprendedores por año. Otro desafío importante para el centro fue hacer escalable el servicio. Por esto comenzamos a ofrecer tutorías a los emprendimientos y, en 2020, creamos SUMA, el primer programa de mentoría de la UM, que hoy es modelo a seguir en nuestro país y en la región.
Además de apoyar emprendedores y promover la innovación, nos pareció importante fomentar el empoderamiento de los alumnos para convertirlos en agentes de cambio. Entendimos que ellos serán quienes liderarán nuestro país y el mundo en los próximos cincuenta años. Fue así que creamos el primer Programa de Agentes de Cambio de la UM que, entre otras cosas, ha logrado que veinticuatro alumnos de la UM se conviertan en Fellows y viajen a la Universidad de Stanford para vivir la experiencia del del University Innovation Fellows Program en la d.School.
Por otro lado, gracias al posicionamiento alcanzado en el ecosistema como universidad que apoya al emprendedurismo, se lograron asociaciones estratégicas con diferentes organizaciones como Endeavor, Ingenio, Fundación daVinci, ANII, ANDE, Fundación Julio Ricaldoni, la Embajada de Estados Unidos, entre otras. Es así que hasta el día de hoy se consiguen los fondos para impulsar los diferentes programas. Y competimos al mismo nivel que organizaciones que están hace más de quince años jugando en esta liga.
En resumen, en ocho años Initium logró:
- Crear seis materias que promueven el desarrollo de las habilidades blandas para alumnos, a las cuales asisten 300 alumnos por año aproximadamente.
- Sensibilizar a 800 preuniversitarios de todo el país con el Programa Lidero Mi Futuro.
- Apoyar a 480 emprendimientos.
- Que veinticuatro emprendimientos reciban subsidios no reembolsables por $U 15.700.000.
- Crear un programa de mentoría que apoya 35 emprendimientos por año.
- Armar una red de más de 50 mentores.
- Conseguir subsidios por USD 500.000.
- Realizar el único MeetUp del University Innovation Fellows Program de la Universidad de Stanford, en Latinoamérica.
Este viaje empezó como un sueño y, de la mano de muchos, logramos hacerlo realidad. Logré mi sueño. Es todo un tema de actitud, de actuar según un propósito y de diseñar un plan para ejecutar. Pero, sobre todo, de trabajar en equipo. No me canso de decirle a los alumnos y emprendedores que una idea por sí sola carece de valor. La diferencia la hace la ejecución y, por ende, las personas que la lideran.
Fue un verdadero placer haber recorrido este camino. Me voy muy feliz por haber podido agregar un granito de arena desde la UM para hacer un Uruguay más emprendedor. En Initium queda un tremendo equipo que hace que las cosas sucedan.
Solamente me queda decir ¡GRACIAS! y muchas gracias a todos por haber creído en mí y en Initium. No tengo duda que seguirá ayudando a los demás a brillar. Desde mi rol como docente seguiré formando a los futuros líderes con las habilidades más valoradas en el mercado laboral: la iniciativa emprendedora y la creatividad.