Cáncer: la falta de educación como problema
— ¿Hace cuánto te descubriste ese bultito en la mama?
— Uh, hace ya mucho tiempo.
— ¿Y por qué no fuiste al médico?
— Porque tuve miedo a que pudiera tener algo.
— Ya lo tenías ahí. ¿Y por qué no viniste a hacer el tratamiento?
— Y porque me dieron miedo los efectos secundarios que podía tener y demás.
— ¿Y por qué no dijiste nada?
— Porque me dio miedo por mi familia que se enteraran que tenía un cáncer.
— ¿Y por qué...?
— Porque me dio miedo.
Para el médico oncólogo, Álvaro Vázquez Delgado, esta es una conversación usual cuando se le permite al miedo ser un aliado del cáncer: “Aún estamos en una sociedad que se asusta ante la palabra cáncer, ya que la asocia a la muerte o a su posibilidad”, comentó.
Cada año, 15.000 uruguayos son diagnosticados con alguna patología oncológica, según la Organización Panamericana de la Salud. El cáncer es la segunda causa de muerte en el país (24 %) y, si bien la tendencia de la mortalidad se encuentra en descenso (se ha pasado de un 46% global a casi un 55% de curación), aún el número sigue siendo alto.
¿Cuál cree que es, entonces, el problema de la sociedad uruguaya?
“La educación”, aseveró.
“¿Hay equipos instalados? Los hay. ¿Hay suficientes para atender toda la demanda? Los hay. ¿Hay técnicos suficientes? Los hay; sin embargo, hay parte de la población a la cual no se llega”, aseguró el Dr. Vázquez.
"En relación a los equipos instalados de radioterapia, Uruguay es el país que tiene el mayor índice de todo América Latina. En relación a la medicación en cáncer (por los programas del Fondo Nacional de Recursos) se tiene cubierto cerca del 85% en la medicación de alto precio; mientras que los de bajo costo, están cubiertos el 100%”, explicó, “y en relación a los profesionales médicos, no lo voy a descubrir yo, pero los uruguayos siguen siendo requeridos en distintos lugares del mundo”, concluyó.
Entonces, ¿por qué hay tantos resultados que siguen siendo negativos?
“Porque los resultados en medicina no van solo por el tema técnico, sino por un tema de educación poblacional. ¿Cuál es la cultura que tenemos? Vamos al médico cuando estamos enfermos, pero estando sanos no vamos nunca, y el problema del cáncer es que, a pesar de que parezcas sano, la enfermedad pudo haber comenzado y, aunque no dé ningún síntoma, la única forma de detectarlo es con algunos estudios”.
El cambio de hábitos: un paso primordial para la prevención
Vázquez explicó que la prevención primaria y secundaria son aspectos clave para la disminución de los casos. Por prevención primaria se refiere a prácticas sobre los factores de riesgo que pueden provocar un cáncer. La formación desde la escuela es, para el oncólogo, un gran avance para mejorar las cifras de casos: “Yo creo que, así como nos educan en distintas materias, como Matemáticas, Física, Lenguaje y Química, tendría que estar la educación en salud”. Cuestiones como cuáles son las enfermedades que se pueden tener, cuáles tienen los uruguayos y cómo se previenen, son fundamentales a tener en cuenta desde la infancia.
“En los últimos años ha habido una conciencia muy clara de que mejorando la calidad de vida mejoramos también el perfil de enfermedades que tenemos”, declaró el oncólogo, y explicó que del 100%, cerca del 30% están vinculados a la forma de cómo nos alimentamos. "Hoy hay un aumento de consciencia sobre el tema que se puede ver en las generaciones jóvenes, que son las que más fuerza están haciendo en ese sentido porque tratan de comer bien y hay que respetarlo porque van a vivir mejor”, comentó.
De todos modos, hay sectores en los que aún hay mucho por trabajar, como el cáncer de piel, que no ha mejorado a pesar de los constantes avisos de prevención en verano, y como el responsable del otro 30% de los cánceres, el cigarrillo: “Todavía no es tiempo de poder evaluar a nivel oncológico si ha bajado los niveles de cánceres porque se precisan muchos años para ver eso, pero a nivel cardiovascular han bajado los infartos agudamente, porque la gente que fuma menos tiene menos infartos” afirmó Vázquez.
En cuanto a la prevención secundaria, se refiere al detectar temprano, a hacerse estudios en tiempo y forma: “Si no lo agarro temprano, lo corro de atrás, y correr un cáncer de atrás no es la mejor idea, ¿no?”, explicó el profesional, antes de ahondar en los problemas de los uruguayos frente a esto.
La realidad uruguaya: aún falta prevención
La enfermedad responsable de mayores muertes de mujeres es el cáncer de mama: se diagnostican 1900 casos en forma anual y 678 mujeres fallecen por año. Según el Sindicato Médico del Uruguay, cada día se detectan cinco casos nuevos.
Vázquez, convencido de que “no debería morirse ni una”, explicó que, si se diagnostica a tiempo, “del cáncer de mama se curan todas”: “No pasa tanto por la efectividad de los tratamientos, porque hasta en los mejores lugares del mundo tienen el mismo problema: si se diagnostica tarde, la vida queda comprometida”, declaró.
Él recomienda incorporar desde la juventud (a partir de los veinte años) el control mamario, el autoexamen, el ir al ginecólogo y al mastólogo. Llegado a los cuarenta años, empezar con las mamografías, en el caso de que haya antecedentes; de lo contrario, se puede diferir el inicio unos años más, pero no más allá de los cincuenta. A partir de esa edad, todas las mujeres deben hacerse una mamografía una vez por año, ya que existen dos picos de edad en los que, en el país, se ven más casos: alrededor de los cincuenta y los 65. De todos modos, aclaró que el cáncer de mama puede aparecer desde los treinta hasta los 95.
En el caso de los hombres, el cáncer de próstata es el más frecuente. A diferencia del de mama que a veces se puede palpar, este no. Para detectarlo temprano es necesario realizarse un examen todos los años a partir de los cincuenta. De esta forma, se puede hacer una curva de cómo van variando los resultados para atenderlo a tiempo. Si se detecta que el PSA (o antígeno prostático específico) está alto en sangre, se puede tener un cáncer de próstata.
“Si bien algunos se curan, porque se detectan temprano, hay otros que no”, comentó el oncólogo, “entonces, el diagnóstico oportuno, en el momento que hay que hacerlo, que es cuando recién empieza la enfermedad, es la clave para tener los mejores resultados”, aclaró.
La información: un arma de doble filo
La cantidad de información a la que estamos expuestos, sin dudas, ha sido un factor de influencia positivo a la hora de obtener mayor consciencia sobre la prevención y cuidados del cáncer; sin embargo, también puede jugar en contra. Para el profesional, el riesgo radica en la información que maneja cada persona y la pérdida de criterio de selección. Por ejemplo, en distintas ocasiones, cuando se busca en internet, muchas personas toman datos que están tergiversados o testimonios no informados como datos certeros.
Por esta razón, recomienda que la información seleccionada provenga de instituciones o personas con autoridad sobre la materia. “En el fondo terminamos en la educación de cada persona, en el tener la capacidad de ser crítico con la información que nos llega”, concluyó.
Álvaro Vázquez es médico oncólogo, director de la Especialidad en Mastología del Centro de Ciencias Biomédicas de la UM y graduado de la primera generación del Máster en Dirección de Empresas de Salud del IEEM UM. Además, es licenciado en Teología y autor del libro "Nadie se salva solo".