¿Qué impacto tienen las pruebas frecuentes en el rendimiento de los estudiantes de bachillerato? A esa pregunta se enfrentaron los investigadores Marianne Bernatzky, José María Cabrera y Alejandro Cid del Centro de Investigación en Economía Aplicada de la UM en el estudio Frequency of testing. Lessons from a field experiment in higher education, que fue publicado esta semana por el Journal of Economics and Economic Education Research.

La evaluación de impacto de la intervención está diseñada como un experimento de campo: un ensayo de control aleatorio. Primero, el instructor dividió la clase en grupos de tres estudiantes en un marco de responsabilidad solidaria, un entorno que fomenta el monitoreo entre pares entre los estudiantes. Luego, los grupos fueron asignados aleatoriamente a pruebas de alta frecuencia (pruebas en un horario semanal) o pruebas de baja frecuencia (pruebas en un programa quincenal). Cada condición de prueba duró 15 semanas y los datos sobre el rendimiento académico se recopilaron antes y después de la intervención.

Aunque los grupos de alta frecuencia muestran un rendimiento medio más alto en los resultados académicos, los hallazgos no indican una mejora definitiva en el rendimiento en las pruebas semanales frente a las quincenales.

Una gran cantidad de literatura educativa investiga el efecto de la frecuencia de las pruebas sobre el rendimiento del aprendizaje. Según indica esta investigación, se ha dedicado menos atención a explorar los mecanismos detrás de esa relación. El estudio contribuye a esta literatura emergente en un entorno novedoso (un marco de responsabilidad solidaria), explorando mecanismos y sugiriendo lecciones para futuras investigaciones.

Marianne Bernatzky estudió la Licenciatura en Economía y la Maestría en Economía en la UM. Actualmente, cursa un Doctorado en Economía en Yale University. José María Cabrera es profesor full time de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía (FCEE). Alejandro Cid es decano y profesor de la FCEE.