Estudiantes de la UM recibieron la Confirmación
“Pienso que el que hoy estemos acá celebrando este Sacramento muestra que Jesús sigue plantando su semilla en sus hijos y con la Confirmación siguen naciendo nuevos soldados de Cristo”. Esas fueron palabras de Micaela Amarilla, estudiante de la UM, al finalizar la misa en la que cuatro alumnos de la Universidad recibieron, junto a otros jóvenes, el sacramento de la Confirmación en la Parroquia Santos Apóstoles.
Los otros tres estudiantes que tomaron clases de formación cristiana en la Universidad y recibieron la Confirmación el sábado 28 de abril fueron Agustina Gutiérrez (Contador Público), Delfina Pastorini (Negocios Internacionales y Dirección y Administración de Empresas) y José María Marisquirena (Economía). El celebrante fue el obispo auxiliar de Montevideo, Mons. Miltón Tróccoli. Junto a ellos, recibieron el sacramento varios jóvenes de la parroquia Santos Apóstoles y de la parroquia María Auxiliadora.
La Confirmación es uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica y se recibe una sola vez. Es el sacramento que perfecciona la gracia bautismal por la acción del Espíritu Santo. Por esa razón, durante la ceremonia, Mons. Tróccoli ungió en las frentes de los confirmandos el santo crisma e impuso sus manos en sus cabezas junto a las palabras: “Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”.
Durante sus palabras de agradecimiento luego de recibir el sacramento, Micaela, que estudia Licenciatura en Traducción y cursa el Diploma en Educación Bilingüe, habló de una idea presente en la homilía de Mons. Tróccoli y a la que se refiere con frecuencia el Cardenal Daniel Sturla al dirigirse cada año a quienes reciben la Confirmación: «Como dijo el Santo Padre el año pasado a un grupo de jóvenes, tenemos que “proseguir el camino iniciado con el Sacramento de la Confirmación”. “La Confirmación no es solo un punto de llegada –como algunos dicen, el ‘sacramento del adiós’– sino que es sobre todo un punto de partida en la vida cristiana”».
Dirigiéndose a los presentes, que llenaban la nave del templo, concluyó: “Por último, les agradezco a todos ustedes por acompañarnos y les pido que recen por los que hoy nos confirmamos, para que seamos cada día más fieles a Dios y sepamos contagiar a nuestro alrededor la alegría del Evangelio”.