“Desde el conocimiento y entendimiento del otro se construyen las soluciones”

Ma. Emilia Sapelli y Gonzalo Irrazabal formaron parte de la generación 2008 de FDER. Se casaron y hoy los dos estudian un postgrado en Londres
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En el caso de ambos, la vocación por el Derecho fue casi genética. Con familiares vinculados a esa área, en sus hogares las conversaciones muchas veces tenían relación con el mundo jurídico. Ma. Emilia Sapelli y Gonzalo Irrazabal se conocieron en 5º de liceo y se ennoviaron en el primer año de facultad. Después de cursar juntos la carrera de Derecho en la UM, se casaron y desde el año pasado se encuentran en Londres estudiando postgrados para especializarse en las áreas a la que cada uno quiere dedicarse.

“Siempre sentí el Derecho como una forma de servir a los demás”, dijo Gonzalo. En la misma línea, Emilia contó que lo que siempre le gustó de la carrera es la posibilidad de “ayudar a otros”, también a través de un consejo a algún familiar o amigo. Sobre la elección de la UM, hablaron sobre el buen nivel académico y de los docentes y el foco práctico y de actualidad de la carrera. Emilia estudió además Escribanía. Contaron que de sus años en la Facultad de Derecho (FDER) tienen “los mejores recuerdos y la suerte de haber tenido una clase excepcional”. Destacaron también el “trato personal” que recibieron mientras eran estudiantes.

En el camino laboral, Emilia relató que su primera experiencia fue en la Cámara de Comercio Uruguaya Alemana, luego trabajó en la firma Ferrere y, finalmente, ingresó al Estudio Rachetti. Dijo que gracias a la modalidad de rotaciones de Ferrere, descubrió lo que más le gusta del Derecho: el área comercial y corporativa. Además, contó que se vincula mucho con el trabajo de un escribano, lo que le “permite complementar ambas profesiones”. Por su parte, Gonzalo trabajó en el estudio Irrazabal & Asociados y, luego, en Guyer & Regules, donde pudo participar en proyectos energéticos, como algunos vinculados a energía eólica y solar, que en ese momento eran “una novedad” para el país. Finalmente, volvió al estudio en el que dio sus primeros pasos laborales con el objetivo de crear el departamento “Corporativo & Energías”.

Con algunos años de experiencia profesional, Gonzalo contó que lo que más valora de lo que aprendió en la UM es la forma en que “prepara a sus alumnos para afrontar los retos de la vida laboral”. Destacó el binomio de profesores que provienen desde la academia con otros que ejercen la profesión: “Esta combinación es perfecta porque te permite ver las dos caras de la moneda: lo teórico y lo práctico”. “A mi entender, la UM enfoca a sus estudiantes en las soluciones a los problemas. Es decir, abarca los temas desde la perspectiva de la solución y no del diagnóstico”, afirmó. Emilia reforzó esta idea y fue un poco más lejos, aseguró que la FDER le dio herramientas para “buscar no solo la solución al caso concreto, sino ir un paso más”: “Entender y escuchar al cliente, ponerte en su lugar y tomar su problema como propio”.

Relataron que mientras cursaban la carrera, cada uno tenía su grupo de estudio. “Cuando hablábamos de algún tema de facultad, siempre salía nuestra faceta de abogados. Al principio ninguno cedía en la discusión, pero después siempre encontrábamos esa zona gris que nos dejaba contentos a los dos”, contaron con humor. “Fue una linda etapa y vivirlo juntos fue una experiencia increíble”, agregaron. Se casaron en setiembre de 2015 en la Iglesia del Sagrado Corazón, del Colegio Seminario. El sacerdote fue el padre Julio Fernández, que había sido su profesor de Historia y director en ese colegio: “Lo apreciamos muchísimo”.

Ambos querían tener una experiencia en el exterior. Así, Emilia aplicó al programa “Continuing Professional Development” en King´s College. La aceptaron y eligió las materias que más se adaptaban al perfil que busca: “Corporate Finance”. Cuando concluya, quiere “seguir haciendo crecer” el área corporativa del estudio en el que trabaja.

Gonzalo decidió postularse al programa internacional de becas Chevening, que ofrece el gobierno británico. Explicó que en Uruguay la Agencia Nacional de Investigación (ANII) colabora económicamente con estas becas. “El foco de la beca es otorgar fondos a futuros líderes en diversas disciplinas para que puedan estudiar en alguna universidad de Gran Bretaña”, dijo. Cursa el Máster en Derecho de Energía y Recursos Naturales en Queen Mary y su tesis tiene como objetivo, a partir de la experiencia internacional, colaborar en el desarrollo de un mercado energético sustentable en Uruguay. Al finalizar, proyecta volver al departamento que comenzó en la firma en la que trabaja: “Lo que me apasiona es intentar contribuir, desde mi lugar de abogado, al desarrollo energético sustentable”.

Sobre la experiencia de vivir en otro país y en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, los alumni aseguraron que Londres es el lugar perfecto para tener un “pantallazo” de muchas culturas y, por esa razón, “te enseña, por sobre todas las cosas, a respetar”. Relataron que los dos comparten cursos con personas de más de 60 nacionalidades, que tienen diferentes historias de vida y piensan de otra manera, lo que les hace “aprender todos los días algo nuevo”. En medio de este ambiente internacional, reflexionaron: “Esta diversidad logra que uno se abra más hacia el conocimiento de los demás. Desde el conocimiento y el entendimiento del otro es desde donde se construyen los negocios, las amistades y las soluciones”.