Edición especial de Ollas para el personal de la UM

El personal de la UM cocinó y salió al encuentro de personas en situación de calle junto al Voluntariado UM
El grupo de personal de la UM que asistió a la Olla

El Voluntariado de la Universidad de Montevideo (VUM) lleva a cabo, desde mayo, el proyecto Ollas, que consiste en visitar a personas en situación de calle y compartir un rato de charla, llevarles ropa de abrigo y un plato de comida caliente. Las salidas de Ollas se realizan dos miércoles al mes y los voluntarios generalmente recorren cinco zonas de Montevideo: Ciudad Vieja, Centro, Tres Cruces, los alrededores del Mercado Modelo y la Av. 8 de Octubre. A las 17:00 h los voluntarios se reúnen a preparar un guiso de carne y verduras, y seleccionar la ropa que entregarán a partir de las 20:00 h, horario de salida.

El pasado miércoles 17 de julio se realizó una salida especial en la que se invitó a todo el personal de la UM a participar. “La UM, además de la formación académica, busca que las personas de esta institución puedan generar un impacto social e influir en la sociedad. Es por eso que, a través del Voluntariado UM, la Universidad intenta que las personas allegadas a la institución –y no solo los estudiantes- puedan ayudar a los demás”, explicó Marcelo Sheppard, participante de la actividad en esta edición especial para el personal.

La actividad contó con la participación de más de 30 voluntarios, pertenecientes a varias áreas administrativas y académicas de la UM, que compartieron un encuentro distinto. “Me pareció una buena oportunidad para reunirnos fuera del horario de trabajo para dar un poco de nuestro tiempo y servir a los demás. Es una instancia más distendida y relajada donde, además de compartir el servicio, compartimos un buen momento entre todos”, comentó María Eugenia Varela, quien visitó personas en situación de calle en las inmediaciones del Mercado Modelo. “Siento que las personas con las que charlé me dejaron más de lo que yo les puedo haber dejado. Para mí fue impresionante, tengo familiares que van a alguna actividad de olla en otros lugares y me han comentado lo que se siente, pero vivir la experiencia, aunque sea una vez, es genial”, señaló Ana Inés Strauch que salió junto con el grupo que recorrió el barrio Centro.

Florencia Berruti, que recorrió el barrio Tres Cruces, explicó que participa de Ollas habitualmente en las salidas con los estudiantes: “La idea es ir a las mismas zonas para conocer a las personas que viven o trabajan en la calle. Es increíble ver cómo dejan el plato de comida a un lado y se ponen a conversar. Necesitan de alguien que los escuche. Pienso que estas salidas muestran dos elementos de la identidad de la UM: el espíritu de servicio y el poner siempre primero a las personas. Las actividades de voluntariado ayudan a valorar lo importante, a agradecer, a no quejarse cuando falta algo, a hacer propia una actitud de preocupación por los demás que se transmite en todo lo que hacemos”.

Por su parte, Teresa Pieri que recorrió el barrio Centro, comentó: “Este tipo de experiencia nos da la posibilidad de poder hacer, del propio trabajo, otro canal de expresión del ‘espíritu de servicio’. Servicio que va más allá de cumplir un horario y llevar a cabo una tarea, lo mejor que uno pueda, sino que va a ese ‘otro’ con el cual me relaciono, ya sea un compañero/a, los mismos alumnos y egresados y, sobre todo, como en este día, un hermano sumido en una realidad tan dolorosa como es el hambre, el aislamiento, ese ‘desencaje social’ en el que viven tantos. Puedo dar una mano en el barrio, en una parroquia o movimiento, o a través de una ONG…. hoy pudimos, también, usar la casa UM para ayudar, y eso es un beneficio que no todos tienen en sus lugares de trabajo”.

Patricia Vázquez, cuenta que, en su recorrido por la Ciudad Vieja, se encontraron con una familia que confirmó su entusiasmo y ganas por hacer actividades de voluntariado: "Frente a la Catedral de Montevideo encontramos una familia que seguramente vivían en la calle o en alguna pensión de Ciudad Vieja. Tenían un niño chiquito que estaba impecable, muy abrigado, tendría unos 3 años. Le preguntamos si quería muffins y los comió contentísimos. A los papás le dimos ropa y un platito de guiso a cada uno... quedaron súper agradecidos del palto de comida caliente y de que compartiéramos un rato con ellos. Colaborar con este tipo de personas tan agradecidas reconforta, de verdad ves que valoran lo que hacemos". A su vez, Patricia destacó que "todos los compañeros que asistieron a la actividad estaban para colaborar y los vi en un ámbito diferente, fue muy divertido. También me gustó mucho la charla previa a la salida de los voluntarios que coordinan el Voluntariado UM".

Acompañó esta actividad el capellán de la UM, el P. Xavier Masdeu, quien afirmó que con esta actividad “se busca generar un espacio para que las personas puedan desarrollar lo que lleva dentro… que muchas veces es ganas de ayudar a los demás, una preocupación por la gente en situación de calle, o a veces hay personas que quieren hacer una obra de misericordia y no saben cómo hacerla. Y el Voluntariado UM ofrece ese cauce”.