ATOS como caso de estudio

El Ing. Alejandro Fiorina, gerente general de ATOS Uruguay, fue el primer invitado especial en el marco de la materia Ecosistema de Tecnología de la Información de la Facultad de Ingeniería de la UM
Grupo de alumnos afuera de la UM

Los alumnos de la materia Ecosistema de Tecnología de la Información, dictada por los profesores Ing. Rafael Sotelo e Ing. Martín Machín, participaron de una charla a cargo del Ing. Alejandro Fiorina, gerente general de Atos Uruguay (anteriormente Bull), una de las primeras empresas de informática del país. Fiorina, con una trayectoria de treinta años de trabajo en el mercado, habló sobre productos y clientes, tanto del pasado como del presente, y expuso sobre los desafíos actuales a los que se enfrenta la empresa.

“Atos es una compañía relativamente joven, focalizada en servicios, que nació en el 2000 como la adquisición de otras compañías que se han ido incorporando. Es líder a nivel mundial, sobre todo en Europa está dentro de los tres o cuatro players principales. Es número uno en computación, ciberseguridad y en nichos como Oit Cloud, y ahora está incursionando en computación cuántica”, dijo Fiorina. También contó que Bull era una compañía pionera en el mundo de la tecnología, que nació en el año veinte, se instaló en Uruguay en 1964 y se incorporó a Atos en 2014. “Hasta el año 2000, su negocio estaba muy ligado a la fabricación y venta de hardware, luego se reconvierte y empieza a dedicarse al software y servicios. Actualmente, Atos cuenta con 120 mil funcionarios en todo el mundo. En Uruguay comenzó con 20 y ahora cuenta con 250 que trabajan solo para el mercado nacional”, explicó.

La presentación se llevó a cabo el 2 de setiembre en la Facultad de Ingeniería de la UM, instancia en la que los estudiantes realizaron las siguientes preguntas:

¿Qué es la supercomputación?

Son equipos tradicionales, unidos para hacer procesamientos en paralelo o algoritmos muy especiales, para poder resolver problemáticas particulares. Por ejemplo, simular funciones nucleares, investigación petrolera o comportamientos del clima. Se juntan muchos computadores tradicionales con sistemas de hardware y software específicos, que permiten procesar gran capacidad.

¿Qué cambios sufrieron con la fusión de Bull y Atos?

Cuando nos metemos en el mundo de Atos cambian administrativamente todos los sistemas de la compañía. Desde el punto de vista de las metodologías, son muy parecidas, entonces el cambio fue relativamente pequeño. Respecto a las cosas que comercializábamos, se abre un mundo de oportunidades, porque pasamos a tener cosas que antes no teníamos. Y desde el punto de vista de la gente, también se generan oportunidades, porque Atos tiene una universidad interna para capacitar a sus funcionarios sin importar dónde estén, sin costo y por internet en habilidades duras, técnicas, o habilidades blandas.

Otro beneficio para nuestra gente fue la movilidad. Porque si trabajás en una Atos en particular, pero querés desarrollar tu carrera en otra parte del mundo, te postulás a través del programa Internal first. En ese marco, nosotros exportamos algunas personas. En Atos tenés la posibilidad de desarrollar tu carrera en otros países. Por ejemplo, hay un centro mundial de tecnología en Barcelona para todos los juegos olímpicos existentes.

Ahora vemos también que el software se está monetizando. Las empresas grandes están comprando software por kilo y se están yendo a nuevas tecnologías, por ejemplo, nosotros estamos con temas de blockchain, RGA, inteligencia artificial y robotización de procesos, con el fin de incorporar cosas que estén a la vanguardia.

¿Tienen desarrollo propio?

No somos una empresa de producto. Somos una empresa de servicio, que básicamente hacemos dos cosas: Integramos soluciones, buscamos los softwares que se adaptan mejor en costo beneficio a la necesidad del cliente y lo ponemos en el marco de una solución; por ejemplo, yo no voy a inventar una herramienta de RPA porque ya están inventadas. Y usamos los acuerdos globales. Damos servicios técnicos, integramos esas soluciones y hacemos outsourcing. Vendemos conocimiento y capacidad.

Hasta el 2015 también tenían un centro de desarrollo para el exterior, sobre todo Brasil. ¿Por qué dejaron de exportar?

Una razón es que Brasil, el principal país al que exportábamos, usó barreras arancelarias, y la otra es que nos encarecimos. En Brasil y otros países han hecho políticas muy buenas, se han puesto muy competitivos con los precios, mientras que en Uruguay no hay recursos humanos si, por ejemplo, querés montar un centro para dar servicios al exterior. Y si encontrás, están tan sobrevalorados que quedan fuera del contexto regional. Es extraño, porque se escucha que las empresas exportan muchísimo software, pero la realidad es que jóvenes como ustedes hay muy pocos y la oferta es muy amplia. ¿Qué ocurrió? Los salarios subieron comparativamente con la región. El valor de la hora es muy cara para exportar de Uruguay a la región.