El relato de una experiencia: el Camino de Santiago

El Lic. José María Burone estuvo a cargo de la última edición de Biblioteca en la noche
El relato de una experiencia: el Camino de Santiago

“Experiencias del Camino de Santiago” fue el título de la última edición de Biblioteca en la noche, que tuvo lugar el 20 de agosto. El Lic. José María Burone, militar retirado y exprofesor de la Facultad de Derecho de la UM, relató los pasos que lo llevaron a decidir recorrer el conocido trayecto que culmina en la Catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, España. Comenzó su exposición contando la historia que dio origen a esta tradición y explicó que, en su caso, lo hizo movido por la fe.

“Los sueños se transforman en objetivos y luego hay que hacer un plan de acción, que lleva a cumplir los sueños. Y por supuesto que esos sueños tienen que ser alcanzables”, dijo. Habló sobre la importancia de la preparación y dio varios consejos con relación al equipaje y el recorrido. Relató que en un primer momento había pensado hacerlo solo y, finalmente, lo hizo junto a su esposa. Contó que las personas del lugar afirman que “los matrimonios que hacen el camino no se separan nunca”.

Entre varios relatos, afirmó que para él el camino de Santiago fue una “escuela de paciencia”. Contó que a veces comenzaban a caminar y su esposa le decía que le faltaba el aire y necesitaba parar. En un momento pensaron que tenían dos opciones: hacer el trayecto por separado, como hacen algunas personas que comienzan juntas cuando ven que llevan un ritmo distinto, o seguir “como equipo”. “Y seguimos como equipo”, dijo. “Y hay que tener conciencia de que el compañero está dando lo mejor que puede hacer para acompañarte y hay que tratar de ayudarlo”, agregó.

Finalmente, recomendó la experiencia y aseguró que “el camino es como la vida”: “Como la vida, para las personas de fe, sabemos de dónde venimos, y a dónde tenemos que llegar. Pero también está la posibilidad de equivocarse y perderse. Por eso, hay que confiar en Dios y tratar de llegar a buen puerto. Uno piensa que la vida son 75, 78 años. Pero nadie tiene la vida comprada. Y en el camino lo mismo. Uno salió, tropezó, se hizo un esguince, se quebró y se terminó el camino. Como en la vida, hay días de sol, días de lluvia, días difíciles, días más fáciles. Y como en la vida también, muchas veces no sabemos qué nos espera mañana”.