Javier Mazza
Javier Mazza es egresado de la Facultad de Humanidades, especializado en Filosofía, pero además es docente, dramaturgo, actor y director de teatro. En esta entrevista de la sección "¿En qué andan?", Javier cuenta como vincula sus vocaciones y le brinda un consejo a los futuros estudiantes.
¿Cómo fue tu experiencia en la Facultad de Humanidades y en la especialización en Filosofía?
Estudié dos años en la UDELAR pero luego abandoné porque la poca flexibilidad en los horarios y los paros (era un año de presupuesto) no me permitían trabajar y estudiar al mismo tiempo. En ese momento había pensado incluso en abandonar la carrera y dedicarme de lleno al teatro cuando me enteré que la UM tenía una Licenciatura en Filosofía. Sabía que no la podía pagar, vivía solo y trabajaba en teatro, así que de entrada pedí una beca. Finalmente la conseguí y comencé mis estudios.
En mi pasaje por la UM pasé por varios momentos. Hubo épocas en las que pude dedicarme full time al estudio y ahí cursaba seis o siete materias por semestre. Pero también tuve épocas en las que tenía mucho trabajo (obras en cartel y ensayos para cubrir) y tuve que aflojar un poco. Finalmente me tome mucho tiempo para escribir y procesar mi tesis de grado sobre Maquiavello. Proceso que por más que hoy en día reconozco fue demasiado largo me enriqueció muchísimo. El desafío de enfrentarse uno sólo con un autor, con sus textos y con la bibliografía especializada es invalorable.
También te dedicaste a la docencia. ¿Qué clases dictás actualmente en la UM?
En este momento dicto clases de Introducción al Pensamiento Filosófico en la Facultad de Comunicación y de Expresión Corporal y Musical en Magisterio, esta última por mi formación teatral y no por la filosófica.
Porque además sos dramaturgo, actor y director de teatro. ¿Cómo se relaciona el mundo académico, el de la Filosofía y el artístico?
Esta relación no es algo que se haya dado fácil en mi vida. Durante mucho tiempo era como una especie de Dr. Jeckyll y Mr Hyde, un Javier para el teatro y otro para la Filosofía. Finalmente todo ha empezado a encajar.
Hoy en día enseño muchas de las disciplinas teatrales y cinematográficas en las que me forme en la universidad. Pero además de eso mis estudios filosóficos están fuertemente relacionados con la narratología y la necesidad del hombre de constantemente narrar el mundo y su vida.
¿Qué consejo le darías a los futuros alumnos de la UM?
Que no den por sentada la educación que reciben en la UM. Muchos de mis actuales alumnos pasan directo del liceo privado a la universidad y ven a esta última como una extensión lógica del primero. Esto no es así.
Primero que nada, la formación universitaria depende mucho más del alumno que del docente. El docente es un guía, una persona que tiene que despertar inquietudes intelectuales en el alumno, pero que el alumno tiene que madurar por si mismo.
Lo segundo que la gran ventaja que tiene la UM en este sentido es el estrecho contacto que les brinda a los alumnos con sus docentes. Esto es algo que el estudiante no puede dar por sentado y tiene que saber aprovechar. No pasa en todos lados que al final de la clase, en un pasillo o en la cantina te puedas sentar a conversar con un profesor y preguntarle acerca de aquello que te inquieta o te interesa.
Durante mis estudios esta fue una pieza fundamental de mi formación: todo lo que aprendí fuera del aula conversando libremente con mis profesores. Les diría a los alumnos que no lo desaprovechen y que por sobre todo no piensen que es algo que naturalmente tiene que estar ahí.
Entrevista realizada en setiembre del 2012.