Crowdfunding para emprender

Tres emprendedores y un experto en la ley de emprendimientos compartieron sus experiencias con campañas crowdfunding y reflexionaron acerca de la ley en un panel organizado por Initium y Fundación da Vinci
Expositores del panel junto a responsables de Initium y la primera dama

De izquierda a derecha: Lorena Ponce de León, Pedro Bellocq, la directora de Initium Josefina Maisonnave, Jerónimo Acosta, Marjorie Spitalnik, Rafael Atijas, Sergio Delgado (Fundación da Vinci) y Anna Chiara Ortolani (Initium). 

En un panel de discusión organizado por Initium y Fundación da Vinci, tres emprendedores uruguayos compartieron sus experiencias de éxito y fracaso con campañas crowdfunding. El evento se llevó a cabo el 5 de marzo en la UM y estuvo moderado por Sergio Delgado, director de la Fundación. Concurrieron más de 70 personas entre empresarios, alumnos, docentes, representantes de organizaciones sociales e interesados en promover iniciativas, entre ellos, Lorena Ponce de León.

El panel estuvo compuesto por Marjorie Spitalnik (creadora de Little Rebels), Jerónimo Acosta (co-fundador de Bjorn) y Rafael Atijas (fundador de Loog Guitars), que reflexionaron junto a Pedro Bellocq, abogado socio del estudio jurídico Scelza & Montano, acerca de la ley de emprendedurismo 19.820.

Los emprendedores presentaron sus proyectos y dejaron en claro que hacer una campaña en redes de financiamiento colectivo es mucho más que recibir fondos para una empresa.

Loog Guitars

Loog Guitars tiene una línea de guitarras de tres cuerdas, para niños que quieren aprender a tocar el instrumento, y que vienen acompañadas por una app que permite cantar canciones. Es un emprendimiento que se viene desarrollando desde 2011 y que nació en Kickstarter. “Para nosotros, esta plataforma fue una gran oportunidad, no solo para conseguir dinero para hacer las guitarras, también para lanzar el proyecto y difundirlo”, indicó Atijas.

A pesar de que la mayoría de las campañas no llegan a conseguir el financiamiento deseado, Loog Guitars alcanzó el objetivo en cuatro oportunidades. “De todas formas, no es simplemente apretar un botón para que se viralice; tenés que estar encima, porque el tiempo de campaña es limitado, es de treinta días, y competís con empresas con videos de presentación que parecen hechos por Spielberg, porque ya tienen capital para invertir, pero que igual usan la plataforma como estrategia de difusión. Además, hay que tener en cuenta que Kickstarter no se trata de donaciones. Ese dinero recaudado representa preventas, es plata que tengo que invertir en la fabricación del producto”, explicó el emprendedor. 

También contó que “la frustración de contactar a 250 personas y que te respondan solo tres es parte del proceso”, y más aún cuando se logra el objetivo, pero a veces no se puede cumplir con los plazos de entrega del producto por problemas que surgen en el camino y no fueron previstos: “A nosotros nos pasó. En una campaña prometimos las cosas para setiembre, pero las entregamos en abril del año siguiente, porque hay un montón de factores para tener en cuenta también a nivel industrial: logística, impuestos, aduana, atrasos, fábricas, ahora el coronavirus. Las campañas siempre están acompañadas de mucho trabajo y mucho estrés. Es una relación comercial basada en la confianza. Entonces, si sos una persona responsable, al atrasarte te estresás, porque le debés el producto a un montón de personas”.

Little Rebels

Little Rebels es una nueva línea de peluches de la empresa Tedybujo con personajes inspirados en mujeres que hicieron historia, pero en su versión niñas. Marjorie Spitalnik tuvo experiencias anteriores con la plataforma Indiegogo y el 8 de marzo de este año lanzó por primera vez una campaña en Kickstarter. “En Indiegogo no llegué a la meta. De esa campaña recaudé 500 dólares, cuando había pedido diez mil. Eso significa que le debo la muñeca a un grupo de personas, lo que me carcome todos los días la cabeza. De todas formas, gracias a esos 500 dólares que junté pude hacer las muestras, y gracias a que hice esas muestras viajé el año pasado al Dallas Toy Fair, la feria más importante de juguetes”, contó la emprendedora. Además, explicó que para realizar una campaña en Kickstarter es necesario conocer a alguien que preste su cuenta bancaria, porque desde Uruguay no se puede hacer una campaña sin un social security number. “También hay que tener en cuenta, a la hora de comunicar tu proyecto, cuál es el público que utiliza la red de financiamiento. Por ejemplo, el 80% del público de Kickstarter son hombres”, indicó.

Para la emprendedora, el uso de estas redes de financiamiento colectivo sirve para “tantear” el mercado, pero que al uruguayo le falta una “mentalidad de apoyo” y confianza al emprendedor. “En mi caso, la gente no entendía el concepto de crowdfunding ni de riesgo. Porque yo me estoy comprometiendo a darte algo a cambio, pero no hoy. Es más, hay una parte de la campaña que especifica los riesgos y desafíos en donde uno, como emprendedor, tiene la responsabilidad de decirte cuáles son. Por ejemplo: debido al coronavirus no puedo comprometerme con la fecha de entrega final”.

Bjorn

Bjorn es una marca de relojes unisex con seis mayas intercambiables, apoyado por Initium. Este emprendimiento también comenzó a difundirse por Kickstarter, donde ya participó de dos campañas, alcanzando el objetivo. “Hay que entender que es una plataforma que está enfocada en productos. Si alguien tiene la idea de una aplicación, servicio o sistema, no significa que no se puede, pero es mucho más difícil ofrecerles una recompensa a los compradores”, explicó Acosta. El emprendedor también aconsejó tener en cuenta un horizonte temporal de un año para hacer una campaña: “Van a necesitar cuatro meses de preparación, de precampaña, en los que tienen que enviar mails, invertir en publicidad para armar una base de datos y contactar a los medios. Esto lo aprendí gracias a una empresa que contraté. Después, hay que estar arriba de la campaña y luego viene la etapa de producción, en la que tenés que contar con proveedores en China que no te fallen o que no se cruce un coronavirus. Es importante tener tiempo y si tenés dinero es más fácil porque hay que invertir. No quiero desalentar, pero no es soplar y hacer botella”.

Ley de emprendedurismo 19.820

La Ley de emprendedurismo 19.820 se sancionó por el Poder Legislativo el 11 de setiembre de 2019. Esta nueva normativa plantea tres grandes temas: el fomento del emprendedurismo; la sociedad por acciones simplificadas; y el crowdfunding.

En esta oportunidad, el abogado Bellocq planteó tres lineamientos generales de la ley respecto a la regulación del financiamiento colectivo. “Primero, incorpora el crowdfundign a lo que es el régimen de la ley de mercado de valores. Segundo, es una actividad que está sometida al control de la superintendencia del servicio financiero del Banco Central. Tercero, las entidades que administren plataformas van a requerir autorización previa para funcionar. Una plataforma no va a poder operar sin tener esta autorización previa, según ciertos requisitos. Los emisores y las emisiones también se van a tener que registrar en el Banco Central”.

Además, la reglamentación definirá un monto máximo de dinero que puede tener una campaña, fijará un límite de consumo para inversores privados o particulares y definirá qué entidades podrán solicitar emisiones (empresas que superen cierto monto de facturación no podrán acceder).

“Hoy por hoy, si un uruguayo quiere acceder a un mecanismo de crowdfunding puede hacerlo en plataformas del exterior. Lo que trae la ley es la posibilidad de que estas plataformas se instalen a operar en nuestro país. Posiblemente, la regulación esté funcionando el segundo semestre de este año. Hoy solo está el marco básico, pero todavía el Banco Central tiene que sacar la reglamentación. El desafío que tiene Uruguay con esta regulación es tremendo porque contamos con ciertas desventajas. Uruguay corre de atrás con la regulación, mientras que en otros países ya empezaron a regularlo hace varios años”, concluyó el abogado.