Un sistema para promover el acceso a la justicia

El vicedecano de FDER, Miguel Casanova, participó de una conferencia en Ciudad de México sobre la asistencia jurídica pro bono en América
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El vicedecano de la Facultad de Derecho (FDER) de la UM, Miguel Casanova, participó en Ciudad de México de la “2018 Conference on Pro Bono Practice in the Americas” organizada por el Vance Center de Nueva York, la Red Pro Bono de las Américas, Appleseed Mexico, el Centro Mexicano Pro Bono y la Fundación Barra Mexicana. Asistieron representantes de más de 150 importantes estudios jurídicos y universidades de toda América.

Casanova contó que la conferencia se centró en cómo la profesión de los abogados, trabajando en conjunto y de manera desinteresada, pueden promover que el Derecho (the rule of Law) y los derechos humanos sean respetados en “los difíciles momentos que vive América Latina actualmente”.

La UM fue elegida como clearighouse por la recientemente formada organización Pro Bono de Estudios jurídicos uruguayos. Esto implica que cumplirá la función de coordinación y seguimiento del trabajo de los abogados que participen en este proyecto de promover desinteresadamente que todas las personas tengan acceso eficiente a la justicia, y que la falta de recursos económicos no sea un obstáculo insalvable.

¿Cómo surgió la posibilidad de participar de la conferencia?

La posibilidad surgió por un proyecto en el que está embarcada la Facultad desde hace un par de años. Por invitación de un estudio uruguayo, nuestro decano Nicolás Etcheverry asistió a una conferencia organizada por el Vance Center de Nueva York. El Vance es una organización que se dedica a promover el trabajo Pro Bono en América. La Facultad se entusiasmó con el tema y desde entonces, junto a varios estudios de Montevideo, está trabajando en la puesta en marcha de una fundación uruguaya dedicada al trabajo jurídico pro bono. La idea es que abogados de primer nivel dediquen tiempo a asistir jurídicamente de manera gratuita a personas y organizaciones que lo necesiten. Los casos llegarán a la UM, que se encargará de canalizarlos a los estudios. Además, nuestros estudiantes participarán ayudando a los abogados. De esta manera, aprenderán a trabajar junto a prestigiosos profesionales, al tiempo que adquirirán la cultura de servicio a la sociedad que está en la base de la profesión del abogado.

¿Qué temas se trataron en la conferencia y cuáles fueron las conclusiones?

Durante los dos días que duró la conferencia se trataron varios temas. Entre ellos destacaría especialmente dos, porque son particularmente interesantes para la realidad uruguaya: el acceso a la justicia y la protección de los derechos humanos. Con relación al primero, fue muy interesante la experiencia mexicana ocurrida después del grave terremoto que sufrió el país el año pasado. Las organizaciones pro bono tuvieron una muy destacada participación ayudando a los damnificados a recibir ayudas estatales e iniciar los reclamos correspondientes en cada caso. Sin su ayuda, muchísimas personas afectadas habrían quedado fuera del sistema. En seguida pensé en el caso del tornado de Dolores…

Sobre derechos humanos, destacaron especialmente las experiencias en los países latinoamericanos donde actualmente el Estado de Derecho es particularmente frágil. En este sentido, se debatió acerca de cuál debe ser el rol de los abogados en el fortalecimiento de las instituciones jurídicas y la aplicación de las reglas de Derecho, aún en contextos donde el gobierno de turno no es proclive, sobre todo en lo que refiere a derechos civiles y políticos.

Los diferentes paneles en los que participé fueron muy estimulantes y disparadores de ideas a implementar en Uruguay donde, gracias a Dios, no sufrimos los graves problemas políticos y sociales que viven otros países de la región, pero tenemos mucho por mejorar en varios ámbitos: salud, educación, seguridad, medio ambiente.

Una conclusión importante de la conferencia es que existe una necesidad muy importante en la que los abogados tienen un gran desafío por delante: la reconstrucción de la confianza de la sociedad civil en las instituciones jurídicas, sobre todo de los sectores más carenciados. El objetivo es lograr que las personas de bajos recursos confíen en el sistema judicial para hacer valer sus derechos. Es en esta área donde nosotros con el trabajo pro bono bien hecho, eficaz, podemos hacer mucho.

Desde la designación de la UM como Clearinghouse de Uruguay, ¿qué avances ha habido en FDER en este tema y qué planes hay para el futuro?

Asistir a la Conferencia en México fue clave para conocer la experiencia de la organización y puesta en marcha del trabajo pro bono en otros países de América. En Chile, Colombia y México hay mucho camino recorrido. También fue muy útil conocer experiencias de países con culturas y problemáticas semejantes a las nuestras, como Argentina. Uno de los argentinos que asistió contó una pequeña anécdota: pocas semanas antes, desde Pro Bono Argentina habían logrado que una niña de muy bajos recursos obtuviera un medicamente que necesitaba para vivir. Por dificultades administrativas no lo lograban y gracias a la participación de un abogado de la red pro bono con experiencia en el tema, rápidamente lo consiguieron. Ese tipo de cosas que implican un servicio concreto y tangible, a corto y mediano plazo, contribuyen a la mejora de la sociedad. Desde el Pro Bono Uruguay buscaremos contribuir al país desde ese lugar. Cuantas más personas tengan acceso eficiente —y a tiempo— a sus derechos, a la justicia, mejor funcionaremos como sociedad.

Actualmente, estamos en fase de elaboración de los estatutos de la Fundación Pro Bono a través de la cual se desarrollará el proyecto. Hay varios estudios trabajando, definiendo la forma de trabajo y los procesos a seguir. El paso siguiente es cómo llegar a las personas que requieren el servicio. Para eso estamos conectando con ONGs especializadas con las que trabajar en conjunto en pro del bien común.