“Crypt´me up”: tecnología financiera

Especialistas en Fintech de América Latina expusieron en la UM
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Fintech es el acrónimo de Tecnología Financiera (por el término en inglés Finacial Technology): un concepto cada vez más frecuente, que reunió a especialistas de toda la región en Montevideo. Una de las sesiones de este encuentro, titulada “Crypt´me up”, fue coorganizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Montevideo (FIUM) y tuvo lugar el miércoles 29 de agosto en la sede central de la UM. Su moderador fue el profesor de FIUM Alejandro Narancio y sus exponentes, referentes de Fintech de países latinoamericanos. El coordinador de Ingeniería Telemática y docente de FIUM, Rafael Sotelo, estuvo a cargo de las palabras de bienvenida a los presentes.

Entre los ponentes, estuvo presente Felipe Echandi, presidente de Fintech Panamá y fundador de Cuanto, una aplicación de servicios financieros digitales. Echandi es abogado y, en una entrevista en la UM, contó que, en los primeros años de ejercicio de su profesión, descubrió el potencial tecnológico de los bancos, en ese momento sus clientes. Consideraba que el trabajo que realizaban era poco eficiente y muy manual y encontró oportunidades en las criptomonedas y la inclusión financiera a través de la tecnología e Internet.

El conocimiento del mundo financiero digital y la concientización sobre la exclusión financiera en su país y en América Latina en general, lo llevaron a convertirse en un defensor de Fintech, al punto de describirse en Twitter y LinkedIn como “Fintech-obsessed”. El abogado panameño explicó que este tipo de negocios, que tienen un alcance global, están surgiendo con mucha velocidad en el mundo y necesitan un lugar donde basar sus operaciones y donde interactuar con los sistemas bancarios tradicionales.

“Entonces, si en Latinoamérica no nos abrimos y la regulación no se vuelve realmente competitiva, como la de algunos países europeos y asiáticos, realmente no vamos a prestar servicios financieros globales: vamos a terminar prestando servicios financieros muy locales”, aseguró. Explicó que para algunos países eso puede ser rentable por su tamaño de mercado, pero para países de dimensiones menores, “como Uruguay y Panamá, no va a tener mucho sentido dedicarse a servicios financieros”. Sobre esto, señaló: “Ya hemos hecho esto antes. Ya países pequeños hemos decidido servir al mundo. Y Latinoamérica, como región, tiene potencial para hacer eso".

El otro capítulo de esta historia es la inclusión financiera. Echandi argumenta que la manera en que se prestan hoy los servicios financieros es excluyente y se debe a “consecuencias regulatorias no deseadas” y a que “no hay voluntad de mejorar los sistemas y los servicios, porque hay poca competencia”. “Al romperse esas fronteras y al usar las tecnologías, los costos bajan y podemos llegar a consumidores que han estado tradicionalmente excluidos”, agregó.

En Uruguay, algunos profesionales han dado pasos en Fintech. Echandi mencionó a Paganza como ejemplo de iniciativa que proporciona servicios financieros a través de una computadora o Smartphone.

Sobre el papel de las universidades en este desafío, opinó que “tienen un rol fundamental en la creación de talento”. De esta forma, en la medida en que propicien el talento técnico de los futuros profesionales de un país, es más probable que una empresa decida establecer sus operaciones en ese lugar. En segundo lugar, argumentó que pueden colaborar en la “discusión seria” sobre políticas públicas a través de los aportes de la academia y la investigación.