Charla sobre ansiedad y depresión en niños y adolescentes
Alumni UM llevó a cabo la charla “Ansiedad y depresión en niños y adolescentes” destinada especialmente a los alumni (graduados) que ya son padres. En la actividad del jueves 23 de setiembre expusieron la Dra. María José Soler, directora de la carrera de Psicología de la UM, y la psicóloga Marianella Ciompi, terapeuta cognitivo comportamental, especializada en niños y adolescentes.
En la charla se habló de qué es la ansiedad y la depresión, cómo identificar si un hijo tiene ansiedad o depresión, cómo ayudar a los jóvenes que pasan por esta etapa y cómo afrontar como padres esos momentos.
La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Las especialistas señalaron que hay que diferenciar entre miedo (cuando el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (cuando el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta).
El período de adolescencia es una etapa en que se adolece, se sufre, afirmaron las expertas. Hay sufrimientos normales, como los cambios de humor, la vulnerabilidad, los miedos; y hay momentos en que los sufrimientos normales, del crecimiento de una etapa propia de cambios, se vuelven un estado de ánimo que puede estar cargado de un “tinte” problemático. Por ejemplo, los ataques de pánico, las tendencias al aislamiento, al daño y los estados de ánimo depresivos. En los estados depresivos, el joven pierde la motivación para realizar sus actividades habituales, para vincularse con sus amigos, para el estudio o actividades recreativas.
Como síntoma de alerta de esto, muchas veces los padres dicen “este no es mi hijo”, señalaron las especialistas. Frente a esta vivencia de un padre, de desconocer a su hijo o hija, es un buen momento para informarse y consultar a un profesional. En esos momentos hay que pedir ayuda, explicaron las psicólogas, y saber discriminar si es un estado de padecimiento o cambio de humor normal propio del adolescente, o si es que se instaló en la persona un trastorno de ansiedad o depresión.