Arturo Bellocq

"Entendí que Dios me pedía eso, y dije que sí"
Arturo Bellocq

Arturo Bellocq es el primer exalumno de la UM que se convierte en sacerdote. Egresado de la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía, se ordenó hace un año en el Colegio Romano. En junio volvió de Italia, y el viernes 29 de julio celebrará su primera misa solemne.

A los 18 años ser numerario le pareció una oferta tentadora. “Uno entrega su vida a un proyecto apasionante: cambiar el mundo”, explicó Arturo Bellocq al señalar una de las motivaciones que lo llevaron a hacerse numerario. Hoy, habiendo pasado más de un año de su ordenación sacerdotal en la Basílica de San Eugenio en Roma, entiende que ser sacerdote es otra forma de servir. “La experiencia de pelear por ser santo y por difundir este mensaje de santidad alrededor es una cosa que te llena el alma”, dijo el sacerdote.

Se recibió como contador público en la Universidad de Montevideo. Fue profesor de Filosofía de Religión en el colegio Monte VI y participó del programa de preceptoría con la familia que desarrolla ese centro educativo. Bellocq participó activamente en el ámbito de la política para el nacionalismo, deseando recibirse para aportar desde su profesión. Trabajó como contador en el International Trade Consortium. En 2006 viajó al Colegio Romano de la Santa Cruz, decidido a estudiar Teología.

En Roma cursó la Licenciatura y Doctorado en Teología. Luego de cuatro años, le ofrecieron la posibilidad de ordenarse como sacerdote. Para él se trataba de otra forma de servir a los demás y a Dios en el Opus Dei. “Apareció esta posibilidad y me pareció que era la mano de Dios que me iba llevando por este camino, que al final me ponía en la puerta y me decía `entrá´”, señaló Bellocq.

“Estoy convencido de que lo que la gente necesita hoy es comprometerse a ser santo y a difundir el mensaje de santidad en el mundo. Darse cuenta de que puede encontrar a Dios en su trabajo profesional, haciéndolo por amor a Dios”, explicó Bellocq. “Lo interesante es que cada cristiano encienda bien a fondo su fe, y ese es el trabajo difícil que tenemos”.

El sacerdote de 30 años piensa que el mayor desafío de ser cura actualmente es traducir al lenguaje cotidiano lo que es el cristianismo. "Para que la gente entienda que no es un invento, una cosa de otra época, que no son rigideces, sino que es la verdadera respuesta a la felicidad del hombre”, señaló el joven cura. “El día que los cristianos se tomen en serio su ser cristiano, empiecen a vivir a fondo su fe y empiecen a decirle a sus amigos que eso es lo que verdaderamente hace feliz a la gente, ese día la Iglesia va a triunfar”.

Considera que uno de los mayores obstáculos para que los cristianos puedan vivir a fondo su fe es el ambiente. También afirma que muchas veces en la calle se manejan ideales diferentes de los cristianos.

El sacerdote destaca que haber estudiado una carrera universitaria y haber trabajado durante tres años significa para él un valor agregado para su trabajo. Esto le permite entender mucho mejor a los universitarios y a quienes tienen trabajo.

“Dios le va pidiendo cosas a cada uno y cuando ves el conjunto decís: Esto está bien hecho, acá es Dios el que está atrás. Esto va a salir adelante”, concluyó Bellocq.