Tres alumnas de cuarto año de Magisterio de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Montevideo, Karina Echar, Ángela Cardozo y Sofía Auriello, realizaron una pasantía opcional en la Fundación Pérez Scremini en febrero de este año. Durante dos veces por semana, cada alumna asistió de forma individual.

El objetivo de la práctica es que los estudiantes de la carrera experimenten su profesión en un escenario distinto al que están acostumbrados. Desde 2022 se realizan prácticas en la Fundación Pérez Scremini y la experiencia ha sido muy positiva y completa, según explica Josefina Calvete, coordinadora de la carrera de Magisterio en la UM. “Es muy desafiante porque, además de la realidad difícil que están viviendo los niños, los maestros deben poner en juego habilidades y competencias distintas para adaptarse a la situación de cada momento y hacer sinergias con el equipo multidisciplinario (psicólogos, psicopedagogos, médicos, enfermeros, etc.). Ni que hablar de lo emocionalmente desafiante que es”, explicó Calvete. “Estamos convencidos de que es fundamental para la formación docente que los alumnos transiten por distintos escenarios de práctica. Esto no solo enriquece su formación, sino que les abre distintos horizontes donde poder ejercer la profesión”, resaltó.

Para las alumnas, la experiencia fue sumamente valiosa y desafiante. Sofía Auriello dijo: "Nunca había estado trabajando en un hospital. Me sorprendió el trabajo con el equipo (psicólogo, psicopedagogo). Todo docente debería conocer esta realidad". Por su parte, Ángela Cardozo destacó: "Fue un desafío como docente trabajar en un lugar así: de a uno; bajo presión constante por la situación que viven los niños; presencia de médicos, enfermeras". Karina Echar agregó: "Venís con la cabeza de seguir la planificación y la secuencia, que es lo que hacemos siempre, pero acá tenés que adaptarte y ser flexible, porque nunca sabés cómo va a estar el niño".

Joan Pierry Muñoz, maestro de la Fundación Pérez Scremini, agradeció el trabajo del equipo, la compañía y el apoyo, la posibilidad de generar intercambio y de trabajar en duplas. Por su parte, Maria Imbert, psicóloga de la Fundación Pérez Scremini y coordinadora del equipo multidisciplinario, destacó que "Para nosotros es una inversión. Abrir las puertas, más allá de lo bueno que es para los niños, es la forma que tenemos de aportar también a la diversidad en la formación".