El partido contra los robots
Con la intención de ponerle cara a números fríos, el PhD. Ignacio Munyo, profesor de la Escuela de Negocios (IEEM) de la Universidad de Montevideo, buscó plasmar, en un libro, una problemática “presente hace años en todos los foros en los que se discuten temas de relevancia global”: el futuro del trabajo.
“Si bien no hay consenso en el grado de preocupación, lo que nadie duda es que el proceso de automatización ya comenzó y se aceleró con la pandemia”, declaró el profesional. De esta manera, bajo la coautoría del periodista Federico Castillo, nació “La revolución de los humanos: el futuro del trabajo”. Un proyecto dirigido a un público general, que reúne testimonios de personalidades de distintos ámbitos, atraviesa un análisis en políticas públicas y se convierte en una contribución destacada en la reflexión de esta temática coyuntural.
¿Por qué decidió llevar a cabo este libro? ¿Qué le inspiró?
En 2016, en el IEEM, junto con Pablo Regent y Valeria Frattocchi nos metimos de lleno en el tema y presentamos las primeras estimaciones de los trabajos que corrían riesgo de extinción debido al avance de la automatización en Uruguay. Esto generó un gran impacto cuando mostramos que más de la mitad de los puestos de trabajo ocupados estaban en riesgo, ya que las tareas necesarias para llevarlos a cabo iban a ser robotizables en no mucho tiempo.
Hace varios años que estoy trabajando en el tema, procesando datos estadísticos y sentía que era necesario ponerle carne y hueso a lo que decían los números fríos.
Si bien aclara que la amenaza de la robotización no es un tema nuevo, ¿con qué se puede encontrar el lector? ¿Qué dudas abarca el libro?
El lector se va a encontrar con una visión diferente sobre el futuro del trabajo. Junto con Federico Castillo buscamos ir a la esencia del asunto: fuimos a charlar con personas con trabajos no automatizables, las vimos en su ambiente y les preguntamos cómo creen que puede evolucionar. Intentamos describir sus tareas. No encontramos recetas, aunque sí miradas que enriquecen.
Nuestro libro también profundiza sobre políticas públicas porque el Estado tiene un rol importante a jugar. Los cambios en la regulación laboral y en la educación son esenciales para lograr suavizar la transición entre viejos y nuevos puestos de trabajo. Las modificaciones legales necesarias son analizadas en las charlas que tuvimos con catedráticos de Derecho laboral y especialistas en la materia. Las ventajas de la educación basada en proyectos son analizadas desde lo que dicen los estudios académicos hasta lo que vimos en aulas de experiencias exitosas ya existentes.
La realidad nos dice que son muchos los trabajadores que necesitan apoyo para poder mirar con esperanza el futuro. Los programas de capacitación y reeducación deberán estar a la altura de la urgencia. La lectura de la serie de documentos sobre el futuro del trabajo publicada en 2019 por la Organización Internacional del Trabajo, en conmemoración de su centenario, indica que el único camino es la inversión permanente en el desarrollo de capacidades.
¿Por qué el título “La revolución de los humanos”? ¿Qué protagonismo ocupan los humanos en esta revolución?
El libro incluye charlas sobre el futuro del trabajo con varias personalidades de diferentes ámbitos, personas que hacen tareas no automatizables y especialistas en temas laborales, que se presentan como un punto de apoyo a diversas formas de creatividad y empatía del ser humano.
Estos son: Francis Mallmann (cocinero), Angel Urraburu (corredor de bolsa), Rodrigo Giménez (agente de viajes), Jana Rodríguez Hertz (matemática desde China), Martín Aguirre (periodista desde Estados Unidos), Marcos Guigou (productor agropecuario), Gonzalo Frasca (diseñador de videojuegos), Justo Alonso (médico ginecólogo), Lina Pacella (peluquera), Daniel Supervielle (pintor), Alejandro de Barbieri (psicólogo), Virginia González (cuidadora de adultos mayores, Fundación Astur), Jorge “Boca” Muñoz (director del Hogar Ituzaingó, Colonia Berro), Fernando Pereira (presidente del PIT-CNT), Rodrigo Arim (el entonces rector de la UdelaR), Santiago Pérez del Castillo (exrector de la UM y ministro de Trabajo), Cristina Mangarelli (decana Facultad de Derecho, UdelaR), Pablo Bartol (ministro de Desarrollo Social).
Comentan que “no hay recetas”, ¿pero se conoce la esencia para impedir la automatización?
Más allá de los diferentes enfoques existentes, creemos que es bueno tener presente qué cualidades son más difíciles—imposible en algunos casos—de automatizar y, a partir de allí, mirar la realidad. Hay estudios especializados que indican que hay tres grupos de habilidades que imponen trabas a la automatización.
A pesar de los enormes avances en la materia, todavía las máquinas están lejos de los humanos, por ejemplo, en la capacidad creativa. Esto se debe a que generar nuevas ideas, desarrollar maneras creativas de solucionar problemas o producir sensaciones nuevas a través del arte son, por ahora, muy difíciles de poder robotizar.
Otro cuello de botella para el avance de la automatización viene por el lado de la interacción social. Es que la empatía o inteligencia social, como se llama ahora, incluye habilidades como la percepción para ser consciente de las reacciones de los otros y poder entenderlas, así también como la persuasión para influir a otras personas para cambiar su pensamiento o comportamiento, la negociación para alcanzar acuerdos ante diferencias y la asistencia para proveer atención médica, apoyo emocional y otros tipos de cuidados cuando realmente son necesarios.
Finalmente, la otra barrera recabe en la manualidad artesanal fina: tanto en la destreza o habilidad para realizar movimientos coordinados, como “agarrar”, manipular o ensamblar objetos pequeños, como en adaptación o capacidad para trabajar en espacios que impliquen posiciones incómodas. Los robots todavía tienen mucho que mejorar.
La robotización tiene, por el momento, barreras técnicas. En el caso de la creatividad y la empatía, las barreras son humanas. Es ahí donde se juega el partido contra los robots.
¿Qué reflexiones le ha dejado este proyecto?
Todos estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco: las características de las tareas que cada persona realiza son diferentes, así como las competencias y habilidades necesarias para llevarlas a cabo. La clave es desarrollar trabajos complementarios a la tecnología. Estar condenados a hacer tareas automatizables no es la receta. Para ello se deben generar las condiciones de calificación y regulatorias para que emerjan los nuevos puestos de trabajo, que no surgen por generación espontánea.
En las palabras de Enrique Iglesias del prólogo del libro: “La preocupación por el trabajo recorre toda la historia de la humanidad. Es el apoyo a la sobrevivencia humana en el planeta, pero también a la creatividad personal, tanto material como espiritual (...) El gran desafío de la sociedad del futuro es hacer del trabajo un gran punto de apoyo a la solidaridad social pero también a nuevas formas de la realización personal (...) y debe servir para vivir más y mejor al servicio de una vida útil para el trabajador y para la sociedad.” Esa es la revolución de los humanos. Ese es el espíritu del libro que acaba de salir.
Ignacio Munyo es profesor de Economía en el IEEM, Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo. Es académico de número de la Academia Nacional de Economía, tesorero de la Sociedad de Economistas del Uruguay, integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Es director independiente de la Bolsa de Valores de Montevideo y director ejecutivo de CERES. Es consultor de empresas y organismos internacionales. Es también columnista del diario El País.
Ganó el Premio Nacional de Economía Raúl Trajtenberg 2014 otorgado por la Universidad de la República –el premio más importante en el área de economía en Uruguay–. También ganó el Premio Academia Nacional de Economía en 2007. Ha publicado varios artículos en revistas científicas de primer nivel internacional.
Tiene presencia activa en medios internacionales como CNN, BBC, Harvard Business Review, The Economist, Financial Times, Bloomberg, Thomson Reuters, AFP, Washington Post, Chicago Tribune, El País (España), Folha S. Paulo (Brasil), O Globo (Brasil), La Nación (Argentina), entre otros.
Es licenciado en Economía y Analista en Contabilidad y Administración por la Universidad de la República (Uruguay) y máster en Economía por la Universidad de Chicago. Tiene un PhD en Economía por la Universidad de San Andrés (Argentina). Cursó el Programa de Alta Dirección en el IEEM, Universidad de Montevideo y ha participado del Global Colloquium on Participant–Centered Learning (GloColl) en Harvard Business School.