Seminario de traducción médica

Experto internacional brinda clases en UM sobre los desafíos, métodos y soluciones a los que se enfrenta un traductor en temas médicos
Evento

El Dr. Fernando Navarro, traductor médico de origen español, brindó un seminario de traducción médica coordinado por la Facultad de Humanidades y Educación (FHUMyE) de la UM del 1 al 3 de abril. Navarro es autor de Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico, Repertorio de siglas médicas en español, Traducción y lenguaje en medicina, Parentescos insólitos del lenguaje, Medicina en español y más de quinientos artículos y colaboraciones en revistas especializadas sobre teoría y práctica de la traducción médica y los problemas del lenguaje médico. Además, desempeñó la coordinación técnica del Diccionario de términos médicos (2011) de la Real Academia Nacional de Medicina.

En el seminario de traducción médica se trabajaron desafíos, problemas, métodos y soluciones a los que se enfrentan los traductores en temas de medicina, desde un enfoque práctico y aplicado. Algunos de los temas tratados fueron: anatomía de la traducción médica, traducción de los nombres de fármacos y medicamentos, la importancia de la fidelidad en la traducción científica, los errores del lenguaje médico, la traducción de textos médicos, entre otros. En la siguiente entrevista, el Dr. Navarro explica los desafíos actuales a los que se enfrenta un traductor médico y aspectos relacionados al seminario que dictó en la UM.

¿Cómo se vincula al mundo de la traducción, siendo usted médico de profesión?
Mi relación con la traducción es una auténtica historia de amor. Y, como toda gran historia de amor, ésta es compleja, enrevesada y muy larga de explicar. Todo empezó, como sucede a veces con las grandes pasiones, de forma nada romántica: con 25 años, recién casado y con el magro sueldo de un médico residente, necesitaba de ingresos complementarios para llegar a fin de mes; y la traducción me los proporcionaba. Esta relación puramente crematística se transformó rápidamente, primero en un sentimiento de gusto y cariño que hizo de la traducción mi afición favorita; más tarde, en pasión desbordada y absorbente por todo lo relacionado con las palabras, los idiomas y el lenguaje especializado de la medicina.

¿Cuáles son los principales desafíos a la hora de realizar una traducción de textos médicos?
Como en cualquier otra modalidad traductoril, la mayor dificultad de la traducción médica radica en la necesidad de decir todo lo que dice el original y hacerlo de forma clara, sencilla y precisa, con la máxima naturalidad que permitan los recursos expresivos de nuestra lengua. De forma que el texto resultante se lea con fluidez y parezca directamente escrito en español, sin ese “tufillo” inconfundible a traducción que despide mucha de la prosa médica actual en español, tanto original como traducida.

Dos son, pues, los principales escollos que debemos superar quienes aspiramos a producir textos correctamente traducidos: entender correctamente lo expresado en el texto original y ser capaz de reexpresar eso mismo en la lengua de llegada con la naturalidad y la corrección que espera el lector destinario, que suele ser un profesional biosanitario buen conocedor de la jerga de su especialidad. Lo que sí puedo asegurar es que traducir bien no es tarea sencilla en absoluto, para nadie.

¿Qué es lo más valioso que aporta este seminario a los estudiantes de Traductorado de la UM y a los profesionales de la traducción?
Yo diría que la posibilidad de contemplar de cerca en qué consiste el oficio de la traducción médica. En doce horas lectivas, por supuesto, es imposible abordar de forma pormenorizada la complejidad del asunto en todos sus aspectos; pero yo diría que la mayoría de las alumnas (incluidos entre ellas también, por supuesto, los cuatro o cinco varones que asistieron al curso) sí habrán podido hacerse una idea bastante aproximada de mi campo de especialización. 

Entre las principales conclusiones, yo destacaría cuatro. Primero, la traducción médica tiene futuro como salida profesional. Se puede vivir de la traducción médica y siguen haciendo falta buenas traductoras médicas. Segundo, se trata de una especialidad difícil y compleja, y en la que se impone claramente la especialización. Esta, a su vez, pasa sin duda por la formación, el estudio, el trabajo y el esfuerzo. Tercero, llegar a ser un buen traductor médico partiendo de una carrera "de letras" es difícil, cierto, pero se puede hacer: muchos estudiantes de traducción lo han conseguido antes y hoy se ganan la vida como traductores médicos profesionales. Cuarto, la traducción médica es difícil, sí, pero es preciosa. No creo exagerar si afirmo que difícilmente encontrará nadie una profesión más hermosa que la nuestra.

¿Qué le aporta a usted un curso como este? Por ejemplo, ¿qué fue lo que más aprovechó de haber venido a dar clases en la UM?
Como cada vez que viajo a América, me vuelvo cargado de recuerdos y vivencias, y conozco mejor mi profesión, mi lengua y mi esencia. En lo profesional, lo que más me llamó la atención fue la avidez de conocimientos por parte de mis colegas y futuras colegas uruguayas; tengo la impresión de que en el Uruguay existe una necesidad acuciante de capacitación especializada de alto nivel en el campo de la traducción científica, la interpretación médica y la mediación intercultural. En lo personal, la exquisita hospitalidad de los organizadores y las calurosas muestras de cariño que en todo momento me brindaron las asistentes al curso de la UM. Esto último, evidentemente, fue lo que más me gustó: sentirse querido es una de las sensaciones más lindas que uno puede experimentar en la vida.