“Al enfrentarnos a universidades de otros países, veíamos que estábamos a su nivel”

Estudiantes de la Facultad de Derecho de la UM dentro del top 32 entre 372 universidades del mundo en una competencia de arbitraje en Viena
Grupo de estudiantes en Viena

La Facultad de Derecho de la UM (FDER) participó por octava vez en la Willem C. Vis International Commercial Arbitration Moot en Viena. El equipo de la UM se posicionó dentro del top 32 entre 372 universidades del mundo que participaron. Los alumnos que representaron nuestra institución fueron Pia Ruggieri, Lucía Vilaseca, Franco Patrone, Nicole Szyfer, Valentina Scarpelli, Carmela Valenzuela Guntin y Javier Galperin. Lucía Vilaseca obtuvo una mención especial dentro de los mejores oradores de la competencia. Los estudiantes fueron guiados por un equipo de coaches, antes y durante la competencia, integrado por la Dra. Mercedes Jimenez de Arechaga (coach principal), Dr. Juan Manuel Rey J. de Aréchaga, Dr. Mateo Noseda, Dra. María del Pilar Álvarez, Dr. Thomas James Biscomb y Dr. Juan Pablo Trelles Figueira.

“Para una facultad chica, de un país chico, es asombroso el logro obtenido… ya que participan las mejores escuelas de Derecho del mundo”, comentó la Dra. Jiménez de Aréchaga. “Participar en esta competencia les da a los alumnos enormes posibilidades de trabajo en el exterior. Tenemos muchísimos estudiantes trabajando internacionalmente gracias a la competencia. Además, les enseña a trabajar en equipo, a profundizar sus conocimientos y a conocer la realidad de facultades de Derecho de todas partes del mundo”, agregó la docente de FDER. En la siguiente entrevista, Pía Ruggieri y Lucía Vilaseca, dos de las alumnas participantes, cuentan su experiencia de primera mano.

¿Cómo fue la preparación para asistir a la competencia?

La preparación comenzó en octubre cuando la organización de la competencia publicó el caso, que nos acompañó por más de seis meses, y contenía todos los hechos y pruebas en las que nos podíamos basar.

La competencia se dividió fundamentalmente en dos partes: la primera parte escrita, en la que presentamos un texto como actor y otro como demandado, en los meses de diciembre y enero respectivamente. Esto nos sirvió como una primera aproximación a los argumentos y Derecho aplicable. Luego comenzó la segunda fase, a la que llamamos la “parte oral”. Durante febrero y marzo nos juntamos de lunes a jueves por la noche, todos los estudiantes y coaches para preparar las presentaciones orales, practicar argumentos e investigar fortalezas y debilidades de cada posición. Como parte de la preparación, hicimos paneles en los que simulamos audiencias e invitamos a otros abogados y expertos en la materia para que oficien de tribunal y también realizamos videoconferencias con otras universidades. 

Finalmente, la competencia se desarrolló en Viena en Semana Santa y contó con dos etapas. La primera fue una fase de grupos, conocida como "rondas generales", donde participaron casi 400 universidades. Cada equipo jugó cuatro audiencias y recibió un puntaje del tribunal. En esta fase nos enfrentamos contra dos universidades de Alemania, una de Australia y una de India. 

En cada uno de estos partidos, recibimos comentarios muy positivos. Los 64 equipos que obtuvieron los puntajes más altos en la sumatoria de esas cuatro audiencias son los que clasifican a la siguiente fase, llamada la ronda de eliminatorias, donde hay que ganar la audiencia para pasar de ronda. La UM logró clasificar y luego jugar dos partidos de la fase eliminatoria. No logramos pasar más allá de la Ronda de 32, lo cual implica que la UM quedó posicionada el puesto 17 de entre 372 universidades del mundo. Asimismo, Lucía (Vilaseca) recibió una mención especial dentro de los mejores oradores de la competencia.

¿Cómo fue la experiencia de ser oradoras y de competir representando a la UM frente a otras universidades de todo el mundo?

Lucía: Considero que fue una experiencia sumamente enriquecedora. Pudimos competir con universidades de otros países, continentes, lenguas y culturas, lo cual nos aportó mucho y no solo desde el punto de vista académico. Al enfrentarnos a universidades de otros países, veíamos que estábamos a su nivel, o incluso mejor, y eso era gratificante. No nos “echábamos para atrás”, por competir contra universidades europeas o de Estados Unidos. En las audiencias, no solo hay que presentar los argumentos de la posición que defendíamos, sino también responder a las preguntas de los árbitros, que eran tan impredecibles como interesantes. La oportunidad de responder a esas preguntas nos permitía demostrar la gran preparación que nos dio la UM. Personalmente, considero que esto era lo que hacía que las audiencias fueran, incluso, divertidas. Además, este año la FDER confió en nosotras dos para hacer roles dobles, tanto de la posición de actor como la de demandado, lo cual implicó un desafío importante para cada una de nosotras, y nos permitió aprender más sobre cada una de nuestras posiciones.

Pía: Creo que nos dio la oportunidad de poder comprender aún mejor el conflicto jurídico que se planteaba en el caso y nos ayudó a ser flexibles a la hora de incorporar argumentos y responder a las preguntas del Tribunal. Desde un punto de vista más general, el resultado de la experiencia es cien por ciento positivo. Poder sentarse en una audiencia con un tribunal compuesto por tres árbitros de orígenes culturales y formaciones jurídicas totalmente diferentes, y enfrentarnos del otro lado con equipos de universidades de todo el mundo, fue una oportunidad única. Es en esos momentos en los que se ven los frutos de la formación que nos dio la UM con un enfoque global e internacional desde que empezamos la carrera, que nos permite discutir en inglés temas jurídicos complejos, mano a mano, con personas de cualquier parte del mundo. 

¿Qué significa para ustedes haber logrado estar en el top 32 entre 372 universidades del mundo?

Es una experiencia de desafío, en el que no solo se aprende, sino también se conoce mucha gente de otros países. Participar es una situación de win-win: podrás no ganar la competencia, pero seguro que no podés perder. Quedar entre los mejores 32 es un mensaje que demuestra que Uruguay puede competir en las grandes ligas. Competimos contra universidades con personas de habla inglesa como lengua madre, universidades que dedican un semestre exclusivamente a preparar la competencia, o universidades que cuentan con miles de estudiantes. La UM no se quedó atrás, demostrando una vez más que apunta a la excelencia.

Para los futuros estudiantes de la UM, es un mensaje para invitarlos a unirse a esta competencia, y poder estar al mismo nivel de las universidades más renombradas de todo el mundo.